Conteo de macronutrientes y trastornos alimenticios:
¿qué sucede primero?
Una preocupación común, es que el seguimiento cuantitativo de la ingesta alimentaria, pueda dar lugar a un trastorno alimenticio.
Un nuevo ensayo controlado aleatorio pone en duda esta idea, alimentando el optimismo de las personas que desean gestionar su dieta de forma más activa, sin consecuencias no deseadas.
En el presente estudio revisado (Hahn et al., 2021), 200 mujeres universitarias que no vigilaban rigurosamente su dieta, fueron asignadas aleatoriamente a un mes de seguimiento de su dieta
con MyFitnessPal o a ninguna intervención (control).
No se debe jugar con los trastornos alimenticios, ya que pueden tener efectos extremadamente nocivos para la salud física, la salud mental y la calidad de vida. Desgraciadamente, los síntomas de los trastornos alimenticios y otros indicadores subclínicos
de una alimentación desordenada, pueden manifestarse con frecuencia como acciones y comportamientos comunes entre muchos entusiastas de la salud y el fitness, que pueden llevar a cabo estas acciones y comportamientos en ausencia de síntomas psicológicos de naturaleza patológica.
Las preguntas relacionadas con estos comportamientos se abren paso en los cuestionarios de trastornos alimenticios, pero los comportamientos en sí no son intrínsecamente perjudiciales cuando se completan en ausencia de síntomas psicológicos desfavorables.
En este sentido, la definición de “trastorno alimenticio” es un poco ambigua y no parece existir un consenso unánime. Las amplias definiciones hacen que parezca que, únicamente cualquier modificación dietética intencionada destinada a influenciar la composición corporal, podría calificarse como un “trastorno alimenticio”.
En este estudio, los investigadores, no observaron efectos negativos significativos sobre el riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio, la ansiedad, los síntomas depresivos, la
satisfacción corporal, la calidad de vida, las conductas alimentarias, la actividad física, el tiempo en pantalla u otras técnicas de autocontrol relacionadas con el peso.
Por lo tanto, el seguimiento cuantitativo de la dieta, es una herramienta; ni más ni menos. El seguimiento de la ingesta dietética en una aplicación de teléfonos inteligentes, no condujo a efectos nocivos relacionados con la salud mental, ni en las puntuaciones de los cuestionarios sobre trastornos alimenticios o la prevalencia de conductas de este tipo. Por otro lado, el mero
hecho de hacer solo un seguimiento de la alimentación, no condujo a la mejora o adopción de otros comportamientos relacionados con la salud.
Aunque muchas personas con trastornos alimenticios hacen un seguimiento de su dieta, el seguimiento de esta no pareció incrementar la frecuencia o la gravedad de los síntomas de los
trastornos alimenticios en esta muestra de participantes, con puntuaciones en el cuestionario de trastornos alimenticios de referencia por debajo del rango clínico.
En consecuencia, el seguimiento de la dieta en el contexto de las directrices dietéticas que fomentan la restricción flexible, puede considerarse, en general, un método efectivo para modificar la ingesta dietética, sin inducir síntomas de trastornos alimenticios, ni otros efectos negativos sobre la salud mental.
La gran advertencia, es que algunos individuos, están especialmente predispuestos a desarrollar trastornos alimenticios, y estos individuos no deben someterse a ninguna intervención que implique el seguimiento del peso, el control de la dieta o la manipulación de esta, sin la orientación de un profesional sanitario cualificado, con amplio entrenamiento y experiencia en el área de los trastornos alimenticios.